A PROPÓSITO DEL ANIVERSARIO DEL PRIMER NÚMERO DEL PERIÓDICO EL PAÍS (4 de mayo de 1976)

¿Os acordáis cuando no llevaba tilde? Recuerdo a Julio Alonso explicándolo en… [https://elpais.com/diario/2007/10/13/opinion/1192226407_850215.html].

Siendo un niño mi padre me llevó a la redacción de Miguel Yuste. EL periódico acababa de arrancar y mi padre estaba muy relacionado con los que lo habían creado. Pocos años después allí estaba yo, ganándome la vida como enchufado en la quinta planta, en la emisora que ocupaba el 105.4 del dial de la FM (Hoy CADENA SER).

RADIO EL PAÍS había nacido un año y medio antes, con un gran despliegue publicitario encabezado por el mismísimo Enrique Tierno Galván. Contaba con un equipo joven y talentoso dirigido por Costa primero, Roldán después, y finalmente José María “Pepo” Baviano. La plantilla con la que me tocó convivir se podía dividir entre periodistas puros (J.M Contreras, Luis Fernández, Pilar Falagán, Ernesto Estévez, Pilar Rodríguez, Jesús Serrada, Javier Pérez, Ricardo Cantalapiedra, Carmen Pérez Tortosa (Tortu), José Ramón Pindado, Pedro Paniagua, Emilio de la Peña, Juan Ramón Lucas, Carlos Llamas, Gema Rodríguez, Denise Cook, Jaime Roza, Montse Fernández Villa, Felipe Pontón…); Periodistas, guionistas, dj’s, cantantes, veterinarios, y locutores de programas musicales y de entretenimiento (Moncho Alpuente, Javier Pérez de Albéniz, Andrés Varela, Santiago Alcanda, Máximo Pradera, Almudena Belda, Igor Reyes, Carlos López Tapia, Ana Pécker, Jorge Flo, José Ramón Rubio, Nacho Sáez de Tejada, Marisa Bas, Julia Gil, Kike Tourmix, Luis Mario Quintana, Fernando Martín, Merche Yoyoba, Alfredo Díaz…); Técnicos de sonido y personal de gestión y organización (Alberto Bonilla, Manolo, Jerónimo Florit, Jesús Sánchez, José Antonio Guisasola, Juantxo Rollo, Belkis, Pedro Pérez, el gran Aurelio, la chica de la fonoteca…); Amigos, redactores, y colaboradores del periódico y la radio (López Iturriaga, Jorge Luis Ron, Alex Grijelmo, Víctor Mato, Martinez Roig, Yarnoz, Luis Gómez, Quique Palacios, Vicente Jiménez, Pablo Ordaz, Paco Peregil…); Y alguien que como no valía para nada servía para todo (YO). 

Más adelante, cuando empezaron las prácticas, José Miguel Contreras trajo grupos de becarios e investigadores entre los que estaban José Luis Corretjé, Piedad Sancristóval (con “V”), Alfredo Díaz, o Javier Bonilla. 

Una extraña mezcla de gente con talento, gente con apellidos, y gente con problemas.

[Con la generación anterior mantuvimos siempre una relación distante, pero cordial… Hasta donde se podía, porque los celos generacionales no son algo nuevo. No me olvidaré nunca de Julio Alonso, Bastenier, Relaño, Izquierdo… Tampoco me olvidaré de los que fuimos conociendo después, como Jesús de la Serna, Toharia, o la inconmensurable Amelia Guardiola. Ni –por supuesto- el grandísimo Pedro, que era el “pu.. amo” de la recepción].

Ya en los primeros años de nuestras carreras se podía averiguar el camino que tomaríamos los unos y los otros; quién sería líder, quién animador, quién pegamento,  quiénes la mano de obra, y quiénes los sacrificados… Todo aquel grupo joven y numeroso de Miguel Yuste –casi todos nacidos entre 1955 y 1970- se ha ido encontrando y desencontrando a lo largo de los años en distintas empresas de comunicación y los roles apenas han cambiado. Esto se hace patente cuando coincidimos en cenas y comidas. Nadie abandona su personaje y actuamos como si el tiempo no hubiera pasado. ¿Es así siempre?

En cualquier caso traigo a la memoria aquel “Décimo aniversario”:

«Everybody wants to rule the world» debía estar sonando en todos los garitos de la ciudad cuando empezaron a montar el tinglado en donde se celebraría… Sí, yo tambien estaba ahí.

Durante unas semanas estuvimos preparando un estudio en el centro del Palacio de Cristal de El Retiro, desde donde se emitirían contenidos relacionados con la efeméride -una novedad entonces-. Yo ya había fracasado como estudiante, como chapista, como deportista, como militar, y como hijo (entre otras cosas), y la oportunidad que Pepo Baviano me había dado en Radio EL PAÍS era sin duda la última que tendría para convertirme en algo útil.

Como técnico de sonido tampoco valía mucho, pero debía hacerles gracia a mis compañeros -y para los jefes no dejaba de ser el hijo de alguien popular y respetado-, de modo que ahí estaba desde hacía un par de años, aprendiendo un oficio.

Recuerdo la inauguración, las fiestas del aniversario -la calle de Miguel Yuste cortada, los políticos con demasiado alcohol en la sangre, las escapadas «en pareja» por la redacción…-, y muy especialmente las comilonas en Alfredo’s Barbacoa. A diario atravesábamos el pasadizo de la calle Lagasca para disfrutar de unas cuantas «super-Alfredo» con costillas y ensalada de col, del brownie con helado, y terminar vaciando una botella de Jack Daniel’s a base de chupitos. Fueron tantas y tantas nuestras visitas que el equipo aquel de la emisora, con Contreras a la cabeza, Albéniz, Lucas, Luis Fernández, Flo, Pontón, y un largo etcétera detrás, contribuyó generosamente a la exposición de cascos vacíos de Bourbon que -el ya fallecido- Alfred Garus tenía entonces en las paredes.

En aquel estudio del Palacio de Cristal se hicieron entrevistas, programas musicales, informativos… Fue un evento que nunca olvidaré. Tengo tantos recuerdos de entonces… Y dos familias, mal que me pese a veces: La que me proporcionaron mis padres, y la que me acogió en la planta 5 de Miguel Yuste [Aunque los malos sigan siendo malos, los buenos-buenos, y los afrotunados-afortunados].   

Acerca de Felipe Mellizo

Soy guionista, casi periodista, padre, pareja, ex-golfo, ex-aventurero, comilón, bruto, y seguidor del Atlético de Madrid.
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